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Así será el futuro de la construcción: Cemento termocrómico y hormigón autorreparable

El aumento de la concienciación medioambiental y la búsqueda del ahorro ha empujado a buscar en el ámbito de la construcción mejoras en la eficiencia energética de las viviendas. Un mejor aislamiento térmico garantiza que el hogar sea confortable tanto en verano como en invierno, pudiendo rebajar la potencia de los sistemas de calefacción. Así se ahorra dinero y se emiten menos gases efecto invernadero a la atmósfera.

La eficiencia energética de las viviendas, que ya cuentan incluso con su propia etiqueta que lo certifica, irá un paso más allá en un futuro no muy lejano. El CSIC ya está investigando en cemento termocrómico y hormigón autorreparable gracias a la aplicación de los nanomateriales en el sector de la construcción.

¿Qué es el cemento termocrómico?

Se trata de un revestimiento inteligente que cambia de color en función de la temperatura del exterior. De esta manera, a bajas temperaturas el cemento adquiere un color oscuro, mientras que con una alta radiación solar, la respuesta será pasar a un tono claro. El objetivo de estos cambios de color es aumentar o disminuir la temperatura de la fachada, lo que repercute directamente en la temperatura del interior del hogar.

Esta técnica no es nueva: ya se puede encontrar en la pintura. El reto, según han dicho los investigadores, es introducirla ahora en los materiales de construcción. Se estima que en 2017 ya podremos ver un prototipo.

¿Qué es el hormigón autorreparable?

En este caso, se trata de un material que cuenta con unas microcápsulas que se rompen y reparan el hormigón en cuanto se produce una fisura interna. Este sistema es eficaz, de momento, en fisuras de hasta 150 micrómetros de ancho, aunque en un futuro no muy lejano podrían alcanzar los 300 micrometros.

El hormigón autorreparable va en la línea de acabar con la obsolescencia programada: se trata de un material que se caracteriza por su durabilidad y, por tanto, por su menor impacto ambiental. Los investigadores calculan que puede aumentar la vida útil de estos materiales de dos a cinco veces.

El gran obstáculo: el precio.

De momento, el principal hándicap con el que se encuentran estos materiales de construcción del futuro es el precio, ya que las nanopartículas con las que se ha investigado hasta ahora tienen un elevado coste.

Por eso, actualmente están trabajando en poder partir de residuos industriales más baratos o de minimizar al máximo la cantidad empleada para lograr unos resultados óptimos.

Vía technologyreview.es

Imágenes vía ietcc.csic.es

[Información e imágenes tomadas de ecoinventos.com]

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