¿En alguna ocasión te has encontrado con arranque en tu PC que se eterniza? El hardware tiene mucho que ver y los equipos que andan justos de potencia son susceptibles de padecer este tipo de problemas. Pero no sólo intervienen los componentes físicos y el software instalado también tiene parte de culpa.
En un equipo con años a su espalda no se pueden hacer milagros sin pasar por caja para ganar potencia que nos ayude que nuestro ordenador sea más rápido, pero sí que podemos llevar a cabo una serie de ajustes en la configuración de Windows que pueden acelerar algunos segundos el proceso de arranque. Vamos a repasar dos métodos para hacer que nuestro PC no demore tanto cada vez que lo iniciamos.
Administrador de tareas
Llega el “Administrador de tareas” al rescate y en este caso es una solución al alcance de todos que lo que busca es eliminar del arranque del equipo todas aquellas aplicaciones que no son imprescindibles. Para ello basta con acceder al citado a Administrador de tareas, algo que podemos hacer buscando en el cuadro de búsquedas o con la combinación de teclas “CTRL + MAYUS + ESC” o “CTRL + ALT + SUPR”. Debemos acceder con permisos de administrador y una vez dentro pulsar en la pestaña “Inicio”.
Si no aparece información, hacemos click en el botón “Más detalles” de la zona inferior de la pantalla. Veremos las aplicaciones que se ejecutan al arrancar el sistema. Tendremos acceso a información relativa al nombre de la aplicación, desarrollador, estado actual y el impacto que provoca en el inicio de Windows.
Debemos seleccionar la que nos interese, además con la tranquilidad de que en este listado no hay aplicaciones críticas para el funcionamiento del sistema. Pulsamos con el botón derecho y marcamos “Deshabilitar”, teniendo en cuenta que esa app dejará de funcionar mientras nosotros no la arranquemos de forma manual.
Activando el Inicio Rápido
Para el segundo “truco” debemos acudir al menú “Configuración” y dentro del apartado “Sistema” buscamos en el panel izquierdo la pestaña “Inicio/apagado y suspensión”. Entre todas las opciones y bajo el texto “Opciones de configuración relacionadas” debemos pulsar en «Configuración adicional de energía» en la zona inferior.
Se abrirá una nueva ventana, y en ella debes seleccionar “Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado” en la parte izquierda.
Se abrirá otra ventana en la que debemos marcar la casilla “Activar inicio rápido (recomendado)”. En caso de que no nos permita activarla, debemos pulsar antes en “Cambiar configuración del plan” para que la casilla de verificación pase a ser modificable.
Una vez activada, sólo queda pulsar en guardar y cerrar todas las ventanas. Podemos entonces apagar el equipo y comprobar como el sistema ha ganando unos segundos a la hora de iniciarse.
Te puede interesar: Cómo reparar una memoria USB dañada en Windows
[Información e imágenes tomadas de www.xatakawindows.com]