Microsoft confirmó que pronto comenzará a distribuir en Windows 10 un sistema que verificará luego de cada actualización si el sistema tiene alguna falla, y si se detecta algún problema, desinstalará automáticamente la actualización.
La idea de esto es obviamente que el usuario pueda seguir utilizando su PC, y que no quede varada por una actualización fallida. Si se detecta que el problema de la actualización fue algún problema de compatibilidad, Microsoft no entregará la actualización de nuevo hasta dentro de 30 días. Estos 30 días son para que Microsoft y sus partners investiguen los problemas y lancen nuevos drivers o se haga algún ajuste a la actualización que garantice un correcto funcionamiento.
Sin dudas es bueno escuchar esto. Hemos escuchado decenas de casos diciendo “Windows se actualizó y ya no puedo usar mi PC”, y para un usuario sin mucho conocimiento, esto puede ser algo muy problemático.
¿Que opinan sobre esta decisión de Microsoft? ¿Tuvieron algún problema con actualizaciones de Windows 10?
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[Información e imágenes tomadas de www.hd-tecnologia.com]