El adiós al plástico está en el caparazón de un insecto o crustáceo. Javier Fernández, científico español de Harvard, es uno de los mayores expertos del mundo en quitosano, un material biodegradable que abre un escenario prometedor en industria y medicina. Es barato, resistente, elástico y biodegradable.
Las aplicaciones del quitosano, al igual que las del plástico actualmente, son múltiples desde la medicina, la industria o incluso la impresión 3D. El quitosano se puede obtener sin problemas de los deshechos de la industria pesquera.
Javier ha enfocado su carrera investigadora en reducir el consumo de plástico, y su apuesta es el quitosano. El plástico es uno de los grandes problemas medio ambientales a los que se enfrenta nuestra sociedad.
Ha estudiado minuciosamente los caparazones de miles de insectos y crustáceos hasta que creó el shrilk, una mezcla de quitosano y fibroína (proteína de la seda).
Javier pretende rescatar un material olvidado para usarlo como lo hace la naturaleza y así poder ayudar al medio ambiente. Se ha trasladado a Singapur para proseguir sus investigaciones e intentar que el producto pueda ser explotado comercialmente y que el plástico llegue a ser algún día cosa del pasado.
Como curiosidad podéis ver este vídeo, donde una semilla plantada sobre una superficie de quitosano crece y florece en 20 días. El quitosano se degrada en el medio ambiente y no afecta al crecimiento de otras especies.
Vía enpositivo.com
[Información e imágenes tomadas de ecoinventos.com]