¿Te atreverías a nombrar algún país que se esté convirtiendo en líder en energías limpias y sostenibles? Si te han venido a la cabeza países emergentes como México, China, Turquía, India, Vietnam, Brasil ó Sudáfrica estás en lo cierto.
Según el nuevo informe del Banco Mundial, titulado Regulatory Indicators for Sustainable Energy (RISE 2016), estas naciones están alcanzando el liderato en todo lo relativo a las energías sostenibles y están implantando de forma decididapolíticas para promover y desarrollar el acceso a la energía, las energías renovables y la eficiencia energética.
No obstante, en dicho informe también se constata que no todas las regiones del mundo avanzan de la misma manera en la implantación de energías limpias y que todavía hay mucho camino por recorrer, especialmente en las zonas más desfavorecidas del Planeta.
En relación a RISE, decir que es el primer sistema mundial de este tipo que se ocupa de la calificación de políticas energéticas, y de evaluar actualmente a nada menos que 111 países en 3 aspectos: acceso a la energía, eficiencia energética y energía procedente de fuentes renovables.
Los informes emitidos tienen como objetivo ayudar a los Gobiernos a determinar si cuentan con un marco regulador y de políticas que empujen a avanzar en materia de energías limpias, así como qué ámbitos se pueden desarrollar para atraer inversión privada para ampliar el acceso de todos a una energía moderna, asequible y segura.
RISE también permite a los países medir su desempeño en comparación con otros y hacer un seguimiento de sus progresos año a año
El informe está en línea con lo que persigue la iniciativa Energía Sostenible para Todos de Naciones Unidas, ya que al mundo necesita una transición energéticaque permita suministrar energía sostenible a todo el que la necesite, crear empleo, garantizar la atención de salud y la educación, y posibilitar el crecimiento de las economías.
La gran mayoría de los países analizados por RISE están adheridos a la agenda sobre energía sostenible, lo que les ayuda a identificar carencias y deficienciasen materia de política energética y a aprovechar oportunidades para avanzar en la mencionada transición energética.
Por ejemplo, el África subsahariana es la región con menos acceso a la electricidad del mundo, donde hoy en día unos 600 millones de personas aún viven sin este recurso. El 40 % de los países de esta región encuestados en el marco de RISE no han adoptado casi ninguna de las medidas de política necesarias para acelerar el acceso a la energía, en comparación con menos del 10 % de los países asiáticos.
Las excepciones son Kenia, Tanzania y Uganda, que cuentan con sólidos marcos de política energética
En términos generales, en este estudio se indica que para mejorar el acceso a la electricidad es necesario un mayor equilibrio entre el acceso asequible de los consumidores a la energía eléctrica y la viabilidad financiera de las empresas que suministran el servicio.
Ante la fuerte disminución de los costes de implantación de renovables, puede ser el caso de la fotovoltaica, toma sentido la oportunidad de suministrar electricidad a aquellos clientes que están fuera del alcance de las redes eléctricas. Esta oportunidad, sin embargo, requiere de un marco regulatorio y normativo propicio para acelerar la difusión de los sistemas de energía solar para uso doméstico.
Por otro lado, se le está prestando más atención a las energías renovables que a la eficiencia energética, sobre todo en el mundo en vías de desarrollo. Las medidas relacionadas con la eficiencia energética suelen ser la manera más eficaz en función del costo de hacer más sostenible el sector energético.
Un buen ejemplo es el de Vietnam, que ha priorizado la eficiencia energética en la planificación del sector como respuesta al elevado incremento de la demanda a finales del siglo XX.
Medidas regulatorias básicas, como el etiquetado de electrodomésticos, códigos de construcción y normas sobre rendimiento de los equipos, son iniciativas que muchos países han olvidado o no han puesto en marcha de manera decidida.
Si repasamos algunos países que nos interesan, encontramos a España en el decimonoveno lugar, en caída libre gracias a las políticas implementadas por nuestros gobiernos recientes. Obtiene una calificación global de 82 puntos sobre 100, empatada con Australia, Austria, Finlandia, Japón y Suecia.
El ranking está liderado por Dinamarca, con 94 puntos, Canadá y Estados Unidos, ambos con 91 puntos y en tercer lugar Países Bajos, con 90. En la parte baja de la tabla están Somalía, con 5; Haití con 11; y Mauritania, con 13.
España obtiene 100 puntos en acceso a la energía, 79 puntos en energías renovables y sólo 67 puntos en eficiencia energética
El análisis de este informe con respecto a Chile le otorga una nota global de 76 puntos, lo que sitúa a este país en el primer lugar de Sudamérica, segundo de Latinoamérica (únicamente por detrás de México) y 29° a nivel mundial.
Chile obtiene 100 puntos en acceso a la energía, 78 puntos en energías renovables y 50 puntos en eficiencia energética
Por su parte, México alcanzó una puntuación de 84 puntos, ocupando el decimocuarto lugar a nivel mundial, y liderando la región de América Latina
México obtiene 100 puntos en acceso a la energía, 72 puntos en energías renovables y 79 puntos en eficiencia energética
Destaca la puntuación de México en Eficiencia energética, ocupando el sexto lugar, superando a economías desarrolladas como Alemania o Reino Unido, y el único país de América Latina que figura entre los 15 primeros.
Los datos son accesibles desde esta plataforma que nos permite acceder a la información que queramos sobre el sector de energía eléctrica y el marco de políticas de cada país. Esta información está agrupada en 27 indicadores y 80 subindicadores, contemplando más de 3.000 leyes, políticas y regulaciones.
Para finalizar, comentaremos que en el informe RISE concluye que las medidas para promover la energía renovable, tales como metas, incentivos e instituciones, están ampliamente difundidas.
El desafío ya no consiste en cómo construir centrales eléctricas con renovables, sino en cómo garantizar que la creciente capacidad de energía limpias pueda integrase con garantías y dar lugar al nuevo modelo energético que tanto necesitamos.
(Tomado de mitreyelcampo.cienradios.com)