Cubrir con pérgolas solares fotovoltaícas carreteras, autopistas y vías férreas es ya una opción con alguna que otra instalación en funcionamiento, como es el caso de una línea de tren de alta velocidad en Bélgica cubierta por la empresa Enfinity e inaugurada en junio de 2011.
En otros puntos del planeta se estudia como solución al mantenimiento de las infraestructuras de transporte sin aumentar los impuestos y como medio de producir energía limpia sin afectar al paisaje. Mans Tham es el arquitecto y urbanista sueco que ha planteado y desarrollado el proyecto de cubiertas solares para autopistas.
El arquitecto sueco ha plasmado un proyecto aplicable en todas las zonas con muchas horas de sol al año, que consiste en aprovechar las autopistas para dotarlas de cubiertas solares que produzcan energía, reduzcan el coste de mantenimiento de las calzadas, bajen el consumo de aire acondicionado en los vehículos, mejoren la seguridad vial y el riesgo de accidentes y capten el CO2 generado por los tubos de escape.
Olivier Daniélo ha publicado un documentado estudio del proyecto de Mans Tham en febrero de 2016 en el sitio francés Techniques-Ingenieur, en el que se detallan las ventajas y los ahorros que supone la serpiente solar para las carreteras como denomina su autor a la cubierta que venimos comentando. Cubierta que actúa como barrera de la contaminación acústica para las zonas habitadas próximas, soporte para las luces y la señalización vertical, recogida del agua de lluvia y otros muchos ahorros derivados como la reducción del consumo de combustible de los vehículos al disminuir el impacto del viento, la lluvia, el granizo o la nieve.
Las molestias ocasionadas por el sol al amanecer y al atardecer se evitarían en gran medida, así como el sobrecalentamiento de los motores en zonas de gran insolación como los desiertos y los países más cálidos. Todas las ventajas señaladas tropiezan con la falta de voluntad política para acometer cambios trascendentales para la mayoría por la presión de los sectores industriales que se verían afectados en sus ingresos: empresas de mantenimiento de carreteras, compañías eléctricas, empresas constructoras de obras públicas que contemplan otras alternativas como las placas solares instaladas en la calzada.
Con la propuesta sueca el Estado o las empresas concesionarias de las autopistas convertirían estas infraestructuras de transporte en una nueva fuente de ingresos con independencia de los peajes, que contribuiría a los costes de mantenimiento de estas obras públicas. En la web de Mans Tham se encuentran los cálculos de producción eléctrica por kilómetro de autopista y su rentabilidad.
La solución es válida también para todo tipo de infraestructuras viarias: carreteras, ferrocarriles, puentes, carriles-bici, pistas deportivas al aire libre, a las que se podrían añadir en los laterales turbinas eólicas verticales que aprovechen el viento de la zona y el aire desplazado por los vehículos.
Ayuntamientos y gobiernos convertirían el suelo público de sus infraestructuras en rentables centros de producción energética, reducirían al mínimo sus desembolsos por suministro eléctrico y crearían miles de puestos de trabajo para el mantenimiento de esta segunda piel del territorio que contribuiría a combatir el cambio climático y sus consecuencias.
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[Información e imágenes tomadas de ecoinventos.com]