La alcaldesa de París, Anne Hidalgo ha confirmado el ambicioso plan para reducir las emisiones contaminantes en las calles de su ciudad y si hace unos meses se confirmaba que a partir del año 2024 habrá duras restricciones a los modelos diésel, ahora la nueva normativa supondrá que desde 2030 se prohibirá la circulación de todos los vehículos con motor de combustión, ya sean diésel o gasolina.
Este proyecto se enmarca en una estrategia nacional que tendrá como resultado la prohibición de la venta de coches con motor de combustión en 2040, y en el caso de París incluirá también vehículos pesados, como camiones. Por lo que las empresas que quieran operar dentro de la capital gala a partir de 2030 tendrán que actualizar sus flotas con vehículos eléctricos.
Según Christophe Najdovski, uno de los responsables de la política de transporte del Ayuntamiento de París: “Esta es una estrategia a largo plazo para reducir emisiones. El transporte es uno de los mayores productores, por lo que tenemos que poner en marcha un plan para salirnos del sistema de combustión interna y los combustibles fósiles“.
Y es que después de vivir una dieselización brutal en las últimas décadas, ahora este tipo de sistemas ha entrado en desgracia según se hacen públicos los enormes problemas de salud pública que representan. Para tratar de minimizar su efecto, ayuntamientos como el de París han puesto en marcha medidas desesperadas como la prohibición de acceso a la ciudad en los días de mayor concentración de partículas. Pero se trata de medidas con efecto limitado, y grandes molestias para los usuarios.
Pero no dejan de ser parches a un problema que afecta a diario a millones de personas. Algo que ha llevado a la administración a poner punto y final a este problema, al mismo tiempo que poner un plazo de unos 13 años para que particulares y empresas vayan adaptando sus vehículos y flotas a esta nueva situación.
Al mismo tiempo desde el gobierno central se ofrecen grandes inventivos para la compra de coches eléctricos, que llegan a los 6.300 euros de ayuda directa, más otros 3.700 euros en caso de achatarrar un modelo diésel con más de 10 años. Unas ayudas que de forma paralela han sido acompañadas por un amplio despliegue de puntos de recarga, que ya cubren buena parte de la geografía francesa.
Vía | Reuters
[Tomado de forococheselectricos.com]