Cuando se habla de las debilidades de las energías renovables, se destaca que uno de sus inconvenientes es su densidad energética. Es decir, la cantidad de terreno que necesitan para generar la misma energía que las centrales convencionales. Y es que para generar la misma energía que una central nuclear con energía solar hacen falta muchos kilómetros cuadrados.
Sin embargo, si este problema se lleva a escala planetaria, cambia la cosa. Observando el mapa, se puede ver como se destacan seis puntos negros. Si estos puntos se cubriesen con paneles fotovoltaicos, se podría satisfacer el consumo eléctrico mundial en su totalidad, siendo este de 18 TWe (teravatios eléctricos).
Pero lo ideal sigue siendo generar la electricidad lo más cerca posible de los consumidores. Es por eso que se han empezado a desarrollar los parques solares flotantes aprovechando al máximo el espacio disponible. El planteamiento de estas es parecida al de los parques eólicos por lo que también adquieren sus ventajas. La ventaja más evidente es que no alteran el paisaje, tanto como las instalaciones de tierra.
Además estas instalaciones no perciben ningún tipo de sombra y pueden coger la inclinación que se quiera. Se pueden llegar a aprovechar superficies que no se usan para nada como mar abierto, lagos sin valor ecológico o agua embalsada.
Según datos de K-water, los parques flotantes pueden ser un 11% más eficientes que sus equivalentes en la tierra. ”Los paneles solares flotantes se benefician de una temperatura ambiental generalmente más baja debido al efecto de refrigeración por la evaporación de agua”, explican en Sino Voltaics. ”Las estructuras transportan el calor desde los paneles solares hacia el agua que está más fría. Sin embargo, las ventajas en el rendimiento de los paneles flotantes respecto a los paneles terrestres parecen depender de varios factores.”
El problema viene con las olas grandes, el salitre y la corrosión por la sal marina. El primero se resuelve situando los parques en bahías y puertos naturales o artificiales. Los paneles que se han empezado a desarrollar, pueden soportan olas de 2 metros y vientos de hasta 190 km/h.
Pero el salitre puede reducir la eficiencia y la vida útil de los paneles, y ninguno de lo fabricantes está seguro de pode ofrecer todavía una solución a ello.
Esto no ocurriría si estos flotasen en agua dulce, como lo han hecho en China, que ha inaugurado el parque solar flotante más grande del mundo. Tiene una potencia de hasta 30 MW y podría ser capaz de suministrar 15.000 viviendas.
Japón plantea tener su propia instalación flotante en marcha en 2018 que producirá unos 16.000 MWh al año, suficiente para suministrar unas 5000 viviendas y evitar la emisión de 8000 toneladas anuales de CO2.
[Tomado de www.diariorenovables.com]