AMD consiguió sorprender el año pasado con su arquitectura Zen de núcleo para unidades centrales de procesamiento (CPU) y, pese a algunos altibajos iniciales, ha sabido hacerse un hueco en un mercado que estaba totalmente dominado por Intel. Con unos procesadores Ryzen de bajo consumo, suficiente rendimiento por núcleo como para usarse en la mayoría de equipos para juegos, y un bajo precio han supuesto una buena combinación para incentivar las ventas.

Por eso muchos estaban esperando a la segunda generación, exenta de los problemas iniciales y que mejorara sustancialmente la potencia de la primera generación. Aunque esto último no ha sido así, y los Ryzen 2000 pueden ser considerados un refrito de los Ryzen 1000, la plataforma AM4 en sí ya es una plataforma madura. Por precio, unos 230 euros en su puesta a la venta, el que más llama la atención para un equipo para juegos es el Ryzen 5 2600X, y por eso ha sido el que elegí para analizar primeramente.


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AMD ha sabido hacerse un hueco nuevamente en el sector de los procesadores de consumo con la serie Ryzen. Incluye una microarquitectura de núcleo totalmente nueva llamada Zen, implementada en un chip denominado Zeppelin que incluye dos grupos de cuatro núcleos con una gran zona común de 16 MB de caché de nivel 3. Dicha arquitectura Zen ha experimentado poca variación en los Ryzen 2000, aunque las mejoras introducidas han validado para que AMD pase a denominarla en ellos como Zen+.

Esta mciroarquitectura está diseñada a 12 nmsegún el proceso de fabricación de GlobalFoundries, aunque AMD ha mantenido el tamaño del chip Zeppelin de 213 mm2, y dejando en su sitio cada uno de los elementos que lo componían a 14 nm. De esta forma hay más espacio interno entre los transistores, lo que beneficia a las temperaturas de los chips. Básicamente los Ryzen 2000 son versiones de los Ryzen 1000 con las frecuencias subidas, aunque gracias a ese proceso de 12 nm y la estructura del chip permite que se suban mucho más que los modelos a los que sustituyen.

Serie Coffee Lake de procesadores Intel
 Núc./hilosFrec. baseTurboCaché L3TDPMemoriaRefrigeradorPrecio
Ryzen 7 2700X8/163.7 GHz4.3 GHz16 MB105 W2933 MHzWraith Prism RGB329 €
Ryzen 7 27008/163.2 GHz4.1 GHz16 MB65 W2933 MHzWraith Spire RGB299 €
Ryzen 5 2600X6/123.6 GHz4.2 GHz16 MB95 W2933 MHzWraith Stealth229 €
Ryzen 5 26006/123.4 GHz3.9 GHz16 MB65 W2933 MHzWraith Stealth199 €

Por una parte, esto beneficia a la potencia mononúcleo de los procesadores, con lo que aprovecharán mejor las tarjetas gráficas más potentes. Pero por otro, tampoco dejan de ser refritos, por lo que la mejora de potencia base es de en torno al 10 %. Al menos, antes de tener en cuenta un par de mejoras a nivel de arquitectura que tienen los núcleos Zen+.

Aunque AMD ha mantenido el zócalo AM4 y aparentemente así lo hará hasta 2020, cuestión a parte es que los fabricantes de placas base distribuyan en 2020 actualizaciones del BIOS para las placas base que pusieron a la venta en 2017. Personalmente lo veo poco probable, ya que preferirán en su lugar vender las placas base más modernas, y por otro lado, salvo que se tenga un chipset más nuevo se carecerá de acceso a las nuevas características de los procesadores.

En este caso son Precision Boost 2 y Extended Frequency Range 2 (XFR2). El primero permite que el turbo se aplique a todos los núcleos y no solo a uno o dos, lo que lleva a que el Ryzen 5 2600X, por ejemplo, se mantengan generalmente en torno a los 4 GHz cuando todos los núcleos están activos. En función de la refrigeración que tenga el procesador se activará o no XFR2, que es una pequeña subida adicional que se puede aplicar a alguno de los núcleos. En general, el procesador decide las frecuencias en función del consumo total, voltajes, temperaturas de cada núcleo respecto al contiguo, y otros, para entregar el máximo rendimiento posible en cada momento.

Otro aspecto clave de la arquitectura Zen+ es que se mejora la latencia de funcionamiento de la memoria de los procesadores, tanto de las cachés como del acceso a la memoria principal, lo que beneficia a ciertas cargas de trabajo. Según AMD, se mejora un 13 % la caché L1, un 34 % la caché L2, un 16 % la caché L3, y un 11 % el acceso a la memoria principal, además de permitir sin problemas memorias de 2933 MHz.

Ryzen 5 2600X

En cuanto al procesador Ryzen 5 2600X que analizo en esta review, llega en una caja de diseño prácticamente igual que en los procesadores Ryzen de 1.ª generación. El procesador en sí llega en un blíster con una pegatina y un pequeño manual, y lo que más ocupa es el refrigerador que ha incluido la compañía, un Wraith Spire, y que analizaré su rendimiento más adelante.

Este procesador funciona a una frecuencia base de 3.6 GHz y turbo de 4.2 GHz, con una potencia de diseño térmico (TDP) de 95 W, y como el resto de procesadores Ryzen 2000, puede utilizarse junto a memoria de hasta 2993 MHz antes de tener que usar perfiles de memoria (XMP) para acceder a mayores velocidades. Afortunadamente, en los Ryzen de 2.ª generación no hay casi problemas para usar memoria de 3200 MHz, y más allá dependerá mucho de la placa base utilizada.

El procesador al que sustituye, Ryzen 5 1600X, disponía de una frecuencia base de 3.6 GHz y turbo de 4 GHz, por lo que en principio su mejora depende en realidad de usarse con una placa base con chipset que saque todo el partido a Precision Boost 2 y XFR2.

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