En Intel están tratando de reaccionar a una serie de desencuentros tecnológicos: en los últimos meses AMD ha logrado plantar cara al gigante de los semiconductores, que además se quedan ahora fuera de los Mac y que han visto aplazado el salto a los 7 nm.
Para tratar de enmendar el camino Intel presentará muy pronto los primeros procesadores de su familia Tiger Lake, que con la arquitectura Willow Cove ofrecerán prestaciones llamativas. La empresa ha dado algunos detalles de esa propuesta en su Architecture Day 2020, añadiendo además datos sobre sus nuevos chips gráficos con arquitectura Xe.
Intel necesita que Tiger Lake cumpla con las expectativas
Para empezar, Intel habló de la familia Tiger Lake, que teóricamente englobará a los procesadores Intel Core de 11ª generación y que estarán basados en las nuevas Willow Cove.
En estos diseños harán uso de un nuevo tipo de transistor llamado “SuperFin” fabricado con litografía de 10 nm que según ellos proporcionará un incremento de prestaciones notable.
Así, en Intel creen que habrá frecuencias de reloj más altas que además se lograrán reduciendo el consumo con respecto a SoCs de la actual familia Ice Lake, por ejemplo.
Esta familia llegará con soporte con algunas de las características que se espera formen parte de nuestros PCs y portátiles a partir del año que viene: Thunderbolt 4 y USB 4, por ejemplo, pero también módulos de memoria DDR5 y el soporte de PCIe Gen 4.0 que de hecho ya es una de las características más destacables de los últimos procesadores AMD Ryzen 3000 y 4000.
Los gamers tendrán que esperar a 2021
A estos procesadores también les acompañarán chips gráficos integrados (IGP) con su nueva arquitectura Xe. En concreto chips Xe-LP con hasta 96 unidades de ejecución (un 50% más que en los modelos actuales) que teóricamente ofrecerán una mejora notable respecto a los procesadores gráficos integrados que se usan actualmente en los procesadores de la familia Ice Lake.
Según Intel, será posible lograr un rendimiento gráfico con micros con un TDP de 15 W que antes solo eran factibles con micros con un TDP de 25 W. No solo eso: con Xe-LP Intel promete soporte de monitores 8K con HDR10 y Dolby Vision, y hasta 360 Hz de refresco.
La familia de soluciones Xe será amplia y seguirá de momento protagonizada por soluciones integradas o bien por soluciones destinadas a centros de datos y a computación de alto rendimiento. Poco o nada sabemos de lo que llegará para gamers, y tendremos que esperar al menos hasta 2021 para conocer esas soluciones que teóricamente quieren competir con las gráficas de NVIDIA y AMD en este segmento.
En Intel también quisieron hablar de lo que nos espera en 2021 en el ámbito de los microprocesadores. Tras Sunny Cove y Willow Cove en 2021 llegará Golden Cove, que además de mejoras adicionales se centrará en ámbitos como la inteligencia artificial y la conectividad 5G.
También tendremos novedades en sus soluciones híbridas: la actual familia Lakefield dejará paso a Alder Lake, que seguirá el esquema BIG.little de ARM y combinará núcleos más potentes con otros más eficientes.
Habrá más detalles osbre Tiger Lake el próximo 2 de septiembre, y será entonces cuando probablemente podamos conocer los primeros procesadores de una familia con la que Intel tratará de recuperar el ritmo tras unos últimos tiempos bastante erráticos -y que AMD ha aprovechado muy bien-.
Vía | AnandTech
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[Información e imágenes tomadas de www.xataka.com]