El órgano vital late y pesa como uno de verdad.

La motivación de crear este órgano responde a que las bombas de sangre usadas en la actualidad tienen desventajas: sus partes mecánicas son susceptibles y tienden a complicar el estado del paciente.

Foto: Página oficial Zúrich - www.ethz.ch

Alrededor de 26 millones de personas en todo el mundo padecen de problemas cardíacos y, a esto, se suma la escasez de donantes de este órgano para pacientes que lo necesitan.

Si bien las bombas de sangre artificial ayudan a las personas con estos inconvenientes, un grupo de investigadores del centro ETCH de Zúrich, en Suiza, ha desarrollado el primer corazón flexible completamente artificial que late igual que uno real y que, en el futuro, podría usarse para realizar trasplantes.

Este corazón de silicona ha sido desarrollado por Nicholas Cohrs, un estudiante de doctorado en el grupo dirigido por Wendelin Stark, profesor de Ingeniería de Materiales en ETH Zúrich. La motivación de crear este órgano responde a que las bombas de sangre usadas en la actualidad tienen desventajas: sus partes mecánicas son susceptibles y tienden a complicar el estado del paciente.

“Nuestro objetivo es desarrollar un corazón artificial que es aproximadamente del mismo tamaño que el del propio paciente. Imita el corazón humano lo más cerca posible en forma y función”, dice Nicholas Cohrs.

El corazón artificial ha sido fabricado en una sola pieza mediante un molde de cera perdida en una impresora 3D. Este es uno de los casos en los que este tipo de impresión permite la fabricación de estructuras internamente complejas. Este órgano pesa 390 gramos y tiene un volumen de 679 cm3.

Esta cámara es introducida y desinflada por el aire presurizado para bombear fluido desde las cámaras de sangre, reemplazando así la contracción muscular del corazón humano.

“Esto fue simplemente una prueba de factibilidad”, explica Cohrs. “Nuestro objetivo no era presentar un corazón listo para la implantación, sino pensar en una nueva dirección para el desarrollo de corazones artificiales”, expone. 

EL COMERCIO (PERÚ) – GDA

(Tomado de m.eltiempo.com)

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